Fuerteventura
es una de las siete islas que conforman el archipiélago de las
Islas Canarias.
Es la más
oriental y está separada del continente africano por apenas 100 kilómetros, y
es la segunda en extensión, con 1.659 kilómetros cuadrados, tras
Tenerife.
Separada tan solo
por 11 kilómetros de Lanzarote y 80 kilómetros de Gran
Canaria, es la isla más antigua de todo el Archipiélago con una
edad estimada en 21 millones de años, y precisamente debido
a su "avanzada edad", esta isla presenta suaves relieves
(su montaña más alta es el Pico de la Zarza, con
807 metros), ya que los procesos erosivos han actuado sobre su
superficie durante un largo periodo de tiempo, además de una
ausencia de vulcanismo activo que pudiera "regenerar su
superficie".
Su
clima es sencillamente perfecto, con temperaturas medias de 21º,
con inviernos muy agradables y veranos nada calurosos (raramente
se superan los 30º). Las lluvias son muy escasas, favoreciendo
un paisaje desértico.
Si
algo caracteriza a Fuerteventura son sus increíbles y variadas
playas (las mejores de Europa, y probablemente son de las
mejores del mundo). En total son más de 100 playas de todo tipo:
turísticas, aisladas, naturistas, de arena negra, blanca, dorada
o rubia, con olas, sin olas, con todos los servicios o
totalmente salvajes.
Fuerteventura no fue una de las islas más importantes del
Archipiélago Canario debido a la falta de agua, ya que
las nubes cargadas de humedad que son arrastradas por los
vientos alisios, pasan de largo sobre Fuerteventura ya que no
encuentran obstáculos montañosos en donde descargar la lluvia.
(En la actualidad, y gracias a la eficiente red de Plantas
Desaladoras de la Isla, el suministro de agua está garantizado).
Desde los años 80, el turismo desarrollado de una manera controlada
y racional es una de las mayores fuentes de ingresos en la Isla,
y se cuenta con una amplia planta hotelera renovada y de
reconocida calidad
que satisface al turista en todas sus necesidades.
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