Casi
todo el parque coincide con los afloramientos del complejo basal
de Fuerteventura, que ocupan la franja oeste de la isla, lo cual
no sólo le confiere un excepcional interés científico sino que
además, impone una peculiaridad cromática y estructural a toda
su superficie. En su conjunto, se trata de un paisaje de gran
belleza impregnado de cierto tipismo tradicional y adornado en
todo momento por elementos singulares que caracterizan el
paisaje de la zona (barrancos, lomos,...). En los peñascos y
macizos montañosos se refugian muchas plantas rupícolas, con
varias especies amenazadas y protegidas. No faltan las especies
introducidas como el tabaco moro (Nicotiana glauca), o incluso
pequeñas poblaciones de pinos en las inmediaciones de Betancuria.
Por otro lado, hábitat particulares como el humedal de las
presas de las Peñitas y los Molinos, presentan gran interés
faunístico y los acantilados costeros y de interior sirven de
refugio a varias rapaces amenazadas.
También cuenta con la calificación de Zona de Especial
Protección para las Aves.
Su
superficie es de 16.544 ha.
Otras zonas de interés incluidas en este parque son: