En
la costa oeste, una de "las grandes desconocidas de
Fuerteventura", hay un pequeño poblado marinero formado por unas
cuantas casas sencillas al borde del mar. Este lugar es habitado
por los habitantes de la isla, en los meses de verano, y tiene
un encanto especial.
Uno
de sus "grandes atractivos" es su playa, que en verano está
formada por arena marrón, y en la que hay que tener precaución
incluso en verano al bañarse, y que en invierno "se transforma"
en una playa de piedras, ya que el oleaje del invierno se lleva
toda la arena de la playa, quedando piedras de basalto
perfectamente redondeadas por la acción del oleaje. En esta
playa, también podemos ver en su zona Sur, cuando la marea está
baja, una serie de cuevas naturales bastante interesantes (pero
ten cuidado y visítalas solamente con marea baja)
En
invierno, este lugar es un buen sitio para ver la fuerza del mar
contra la costa, dar un buen paseo, y luego recuperar fuerzas en
un pintoresco Chiringuito llamado CASA PON, que está abierto
todo el año.
En
este restaurante, podemos comer comida muy sencilla, pero
sabrosa y a muy buen precio (pescados, ensaladas, papas
arrugadas, tapas, etc.), y lo que es mejor, disfrutando del mar,
que se encuentra a pocos metros: su terraza cubierta es
espectacular... (Mientras comes en este restaurante, varios
patos y gansos que viven en la zona se acercan y se pasean entre
las mesas, para ver si consiguen algo de comida.
A
Los Molinos se llega por una carretera bien asfaltada que sale
de la carretera FV-207, cerca del pueblo de Tefía, y que se
dirige al mar (está muy bien indicada). En la mitad de esta
carretera, llegamos a "Las Parcelas", un pequeño pueblo de la
zona, desde donde podemos hacer una excursión de senderismo por
el Barranco de los Molinos, "un vergel para Fuerteventura", y
que desemboca en el pueblo de Los Molinos.
En
resumen: un sitio para visitar en invierno y darte un paseo y
picar algo en el Restaurante Casa Pon, o en verano para visitar
su playa y las cuevas que hay en la zona .