Junto a La Oliva y Villaverde nos encontramos uno de los
volcanes que más destacan en el paisaje de Fuerteventura, tanto
por su cráter que se eleva casi 200 metros desde su base, como
por el gran "malpaís" de lava que generó su erupción.
Esta
es una excursión sencilla, de una duración de tres horas
aproximadamente, pero en la que hay algún tramo "difícil",
debido a la gran pendiente del volcán.
Yo
elegí la "ruta sur", pues era la única que conocía (desde el
pueblo de La Oliva), pero me imagino que también se podrá subir
por la "zona este" (desde Villaverde), o por la "zona norte"
(desde Lajares).
Desde el centro de La Oliva sale un camino de tierra que se
dirige directamente al volcán. Tras recorrer aproximadamente 1,4
kilómetros, se llega a la entrada de una ganadería de cabras en
la base del volcán. Aquí se puede aparcar y seguí, hacia la
derecha el muro de piedra que delimita esta explotación ganadera
unos 400 metros hasta llegar a una zona rocosa ("hornitos").
Es
en esta zona donde giramos hacia el volcán, siguiendo el muro de
piedra. (Esta zona, según por donde subas), es algo complicado.
Al
final del muro de piedra, llegamos a la base del cono del
volcán, donde hay un camino (en bastante mal estado), que sube
"en zig-zag" hacia la cima, y que es una zona donde se explotaba
industrialmente el picón y piedra del volcán y el material
(piedras y picón) está suelto, por lo que hay que tener
precaución al pasar por aquí, pues la pendiente es muy grande y
es muy posible que te resbales o te caigas).
Tomamos este camino y seguimos la ascensión hasta la cima.
Este
volcán tiene dos cráteres unidos y muy bien conservados. E
cráter de la zona oeste es el más grande y profundo.
Desde la cima, tenemos un panorámica de 360º de toda la zona
norte de la isla (El Cotillo, Corralejo, Tindaya, La Oliva,
Villaverde, Dunas de Corralejo, la isla de Lobos, Lanzarote).
Una de las mejores vistas de Fuerteventura...
Y
también se ve perfectamente alrededor del volcán, el "malpais"
que formó la lava expulsada y que ha sido colonizada por hongos
y líquenes y otras plantas autóctonas, que le han dado un
característico color verde claro.
En
resumen, una muy buena excursión que merece la pena por las
increíbles vistas desde la cima del volcán.